La meditación está en el corazón de la práctica budista, siendo uno de los pilares fundamentales del budismo.
Practicada durante más de 2500 años, la meditación se ha difundido a través de las enseñanzas del Buda antes de expandirse por todo el mundo a lo largo de los siglos.
Sin embargo, también es la práctica más incomprendida y mal interpretada tanto por budistas como por no budistas. Es fácil encontrar innumerables recursos sobre el tema, así como numerosas aberraciones.
En este artículo espiritual descubrirás el verdadero significado de la meditación budista y cómo practicarla correctamente.
Ideas preconcebidas sobre la meditación budista
Hoy en día, el simple hecho de escuchar o ver la palabra meditación se asimila automáticamente a una especie de escape mental, una técnica para estar zen, reducir el estrés o incluso una práctica que permite el acceso a un alto estado de conciencia.
Aunque es cierto que la meditación tiene muchos beneficios, la meditación budista sigue siendo la menos comprendida de las enseñanzas del Buda. Tanto es así que, a lo largo de los siglos, se ha convertido en una especie de ritual técnico.
El verdadero significado de la meditación según el budismo
Según las enseñanzas del Buda, el camino de la meditación está destinado a lograr un estado de salud mental perfecta, equilibrio y tranquilidad.
La palabra original para la meditación es Bhavana, que significa cultivo o desarrollo, y por lo tanto, cultivo/desarrollo mental. En sí, el verdadero propósito de la práctica de la meditación es liberar nuestra mente de cosas que la perturban, como:
- Deseo sensual
- Odio
- Malevolencia
- Preocupación y agitación
- Y dudas.
Esto permite cultivar cualidades como:
- Concentración
- Atención
- Inteligencia
- Voluntad
- Energía
- Capacidad analítica
- Confianza
- Alegría
- Y calma.
En resumen, estas cualidades conducen a una alta sabiduría, a la capacidad de ver las cosas como son sin el velo de la percepción/prejuicio y alcanzar lo que el budismo llama la Verdad Última o Nirvana.
Diferenciación entre dos formas de meditación
En la época del Buda Shakyamuni, había dos formas de meditación. La del desarrollo de la concentración mental y la fijación unificadora de la mente llamada Samatha Bhavana, que ya existía antes del budismo. Esta conduce a un estado modificado de conciencia y estados místicos.
Sin embargo, no permite la liberación completa ni la consecución del Nirvana, ya que puede desencadenar en algunas personas una sed, la necesidad de estar siempre más en estados místicos para obtener respuestas, guías o acceso a información oculta.
Luego viene la meditación Vipassana, que es la visión de la naturaleza de las cosas. Se basa en la práctica de la atención, la conciencia, la vigilancia y la observación, particularmente hacia nuestro propio cuerpo, nuestras sensaciones, nuestra mente y los asuntos morales e intelectuales.
Una práctica que, según las enseñanzas budistas, llevó al propio Buda a alcanzar la iluminación y el Nirvana.
¿Cómo practicar la meditación budista?
La meditación Vipassana más popular y práctica es la que se enfoca en el cuerpo y la respiración. Más comúnmente conocida como meditación Anapanasati.
Es la única práctica de meditación que requiere una postura sentada según los textos budistas.
Adoptando la postura correcta para meditar
Para practicar la atención en la respiración, es altamente recomendable sentarse con las piernas cruzadas y la espalda recta. Sin embargo, a veces es difícil mantener esta posición, por lo que también puedes sentarte derecho en una silla.
Es muy importante sentarse derecho, pero no rígido. Luego coloca tus manos sobre tus rodillas.
Iniciación a la meditación budista Anapanasati
Ahora puedes cerrar los ojos o mirar la punta de tu nariz. Comienza respirando como de costumbre, sin esfuerzo, y dirige tu atención a tu respiración. Tu mente ahora está enfocada en tu inhalación y exhalación.
Tu respiración puede ser irregular, a veces larga y a veces corta. No importa, solo continúa respirando normalmente. Lo importante es que seas consciente de que estás respirando largo durante una respiración larga y viceversa durante una respiración corta. De esta manera, te mantienes consciente de tus movimientos y cambios en los patrones de respiración.
Una última noción importante es que debes ignorar lo que está sucediendo a tu alrededor, no mires nada y hazlo durante 5 o 10 minutos. ¡Y eso es todo, has realizado tu primera sesión de meditación budista!
Perseverancia y regularidad
Al principio probablemente te resultará difícil mantenerte enfocado en tu respiración. Esto es completamente normal. Tu mente se desviará rápidamente, comenzarás a pensar en otras cosas, escucharás ruidos a tu alrededor que te distraerán. Esto puede desanimarte fácilmente.
Sin embargo, no te rindas. Persevera practicando de 5 a 10 minutos dos veces al día. Descubrirás que mejorarás gradualmente tu concentración. Es posible que, después de un tiempo, estés tan concentrado en tu respiración que no escucharás el ruido del mundo a tu alrededor. Es una experiencia llena de alegría, felicidad y calma que querrás revivir.
Y podrás hacerlo, cada vez con más frecuencia y por períodos de tiempo más largos, practicando la meditación regularmente.
La meditación Anapanasati te permite desarrollar tu poder de concentración, lo que lleva a algunos a estados alterados de conciencia. Pero recuerda que este no es el objetivo. De hecho, el poder de concentración es esencial para la comprensión profunda de las cosas, la penetración y visión de la naturaleza de las cosas, para finalmente alcanzar el Nirvana.
Los beneficios de la meditación budista
La meditación, tal como se describe en mi artículo, tiene resultados inmediatos en tu salud física y mental. Te sientes relajado, tu sueño se vuelve más profundo y te vuelves más eficiente en tu vida diaria. E incluso en situaciones en las que estás nervioso, puedes meditar durante dos minutos y verás que te sentirás calmado de inmediato.