Los monjes budistas y los yoguis lo saben desde hace mucho tiempo, ahora los científicos lo confirman: la meditación es buena para tu salud.
La meditación promovida por la Sra. Bordeleau está inspirada en la atención plena, que consiste en centrarse en el momento presente, sin juicio.
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Beneficios psicológicos
Según la Sra. Bordeleau, meditar puede fortalecer nuestra memoria, reducir la fatiga mental y mejorar la calidad del sueño. “Los estudios también han demostrado que la práctica regular de la meditación ayuda a convivir mejor con el estrés, reducir la ansiedad y gestionar mejor nuestras emociones”, añade Laurence De Mondehare, estudiante de doctorado en psicología y asistente de investigación del Grupo de Investigación e Intervención en Presencia Plena (GRIPA) de la UQAM. La meditación también puede mejorar nuestra capacidad de atención, concentración y estado de ánimo. Ayuda a desarrollar una cierta claridad mental y compasión hacia nosotros mismos y los demás”.
“Nuestro grupo ofrece talleres de manejo del estrés a empresas y escuelas,” explica la Sra. De Mondehare. A los participantes se les enseña a desarrollar la atención plena practicando meditación.” Esta práctica aumenta el bienestar y la calidad de vida en el trabajo, además de reducir síntomas relacionados con el estrés, la ansiedad y el agotamiento. “También pensamos que puede tener un efecto positivo en la productividad laboral, el índice de ausentismo y las interacciones entre colegas”, añade.
Beneficios físicos
Debido a que la meditación reduce nuestra respuesta al estrés, tiene efectos beneficiosos en la salud cardíaca, disminuyendo la presión arterial y ralentizando el ritmo cardíaco. “La meditación también puede remediar varios pequeños problemas cotidianos”, dice Nicole Bordeleau. Puede aliviar problemas digestivos, liberar tensión en los hombros y el cuello, y reducir migrañas, dolores articulares y de espalda. En América del Norte, unas 240 clínicas de dolor utilizan la meditación para ayudar a los pacientes a gestionar el dolor crónico. Si bien no lo cura, la meditación facilita su manejo, a menudo porque calma las emociones intensas que lo acompañan.
Los estudios también han demostrado que meditar mejora la calidad de vida de los pacientes. Así, un ensayo clínico, dirigido por investigadores de la Universidad de Montreal y el CHU Sainte-Justine, reveló que la meditación consciente puede mejorar el estado de ánimo y el sueño en adolescentes con cáncer.
“La meditación no es una píldora mágica que borra todos los males, advierte Nicole Bordeleau. Pero es una herramienta extraordinaria para mejorar nuestra calidad de vida. Durante mucho tiempo hemos cuidado nuestro cuerpo; la próxima década será la de la mente”, concluye.
¿Cómo meditar?
Según los estudios, se necesita meditar durante 20 minutos al día para sentir los beneficios. Sin embargo, puedes empezar con sesiones más cortas de 5 minutos, 2 o 3 veces al día:
- Elige un lugar tranquilo y siéntate en una silla con la espalda recta, los pies apoyados en el suelo, las manos sobre los muslos.
- Toma conciencia de tu postura y, en silencio, concéntrate en tu respiración y las sensaciones que provoca en tu cuerpo.
- Cuando la mente divague y los pensamientos estén por todas partes, devuelve suavemente tu atención a la respiración.
Practicar la meditación parece sencillo, pero requiere práctica. Para no desanimarse, es preferible ser guiado al principio.